El exhibicionista sexual

¿Alguna vez has querido mostrar tus genitales en público? ¿Sientes, inesperadamente, el impulso de bajarte los pantalones? Si es así, puede que seas un exhibicionista. 

Los exhibicionistas son aquellos que disfrutan enseñando sus partes más íntimas de manera gratuíta y en los lugares menos adecuados. Dentro de la imaginería occidental, el exhibicionista es ese hombre con gabardina que, de repente, abre sus ropas para enseñarnos un cuerpo desnudo. Pese a que dicha imagen pueda resultar un tanto risible, estos individuos esconden, muchas veces, problemas de fondo mucho más serios.

Cuando se es pequeño es normal que (pese al bochorno de muchos padres) uno se muestre desnudo en público. Los niños no siempre entienden los códigos sociales y, al mismo tiempo, sienten una gran curiosidad por todo… sus genitales incluidos. Es por ello que suelen llevarse las manos a sus partes pudientes, incluso cuando hay gente delante. Esta etapa de inmadurez sexual se supera en la mayoría de los casos sin problema alguno.

En psicoanálisis, se dice que el exhibicionista no ha superado la fase pre-genital y que aún se encuentra en una etapa de inmadurez prolongada en el desarrollo de su sexualidad. Otros achacan esta práctica con problemas de inferioridad aguda u otros trastornos asociados con las relaciones interpersonales. La comunidad médica ha dado una categoría a esto del exhibicionismo, que es la de perversión psicosexual, cercana a la parafilia.

El individuo que se muestra a otra persona de manera inesperada, espera una reacción de sorpresa o temor en la misma. Hecho que, al producirse, le excita. Normalmente, los exhibicionistas no suelen ser peligrosos (más allá del susto, que en muchos casos se considera agresión) y no buscan abusar de sus víctimas.

Al tratarse de un problema de inferioridad, es normal que huyan o se escondan cuando se les confronta directamente. Por otro lado, no estamos necesariamente ante personas faltas de sexo. Cierto es que, cuando la actividad sexual del exhibicionista es alta, suelen pasar periodos en los que no necesitan mostrarse en público. Sin embargo, cuando sucede algo que perturba la estabilidad emocional del individuo, se reincide en esta práctica como vía de escape a la frustración.

Otro de los elementos que pueden resultar más atrayentes para aquel que se muestra en público, es la sensación de que se están violando todas las normas sociales establecidas. El pacto generalizado de no mostrar nuestros genitales se rompe, lo que puede producir un plus de adrenalina y excitación. En este sentido, lo último ha sido el exhibicionismo vía Internet. Un estudiante ruso creó una página llamada Chatroulette que en poco tiempo se hizo de lo más popular.

Mediante la videoconferencia, personas que no se conocían de nada empezaban a conversar. Todo ello acabó derivando en un festival de masturbaciones y exhibiciones que suscitó grandes polémicas. Desde el verano, este foro está cerrado.