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lunes, 17 de agosto de 2009

COMPORTAMIENTO VERGONZANTE

Siempre que hago alguna estupidez en mi vida diaria, siento la necesidad de postearlo en el blog como una forma de redención y atenuante en primer grado. Si lo escribo es casi como si no hubiera sucedido, mofarme del hecho reduce su importancia, bromear con él significa que no me afectó, ni me hace llorar en posición fetal, ni atormenta mis sueños casi todas las noches de luna llena.

Por eso, contaré esto.

El martes íbamos a ver a Candy en el Pata Negra. Decidimos antes, por qué no, echar mano del precopeo en mi casa. Me tomé, como dicen, ¿qué? ¿Un par de cervezas? ¿Media botella de Boone's? ¿Dos vasos de calimochos? Lo usual, pues.

Elsa, Jordy, Vero y yo estábamos de lo más tranquilos bebiendo, charlando y analizando de una forma totalmente incorrecta la literatura de Michel Houellebecq (que ahora, según me informan, es Miguelito Jocoque, pa' los cuates).

Después fuimos a recoger a Olga a la Bolsa de Valores. Yo tuve la grandiosa idea, por qué no, de llevar nuestras chelas en el regazo. Era eso o dejar que se quemaran lentamente en nuestro trayecto de 5 minutos.

Enfrente del Ángel, le di un trago. UN trago. Un PUTO trago. ¿Y qué sucede?

Claro, nos detiene una patrulla.

Jordy tenía todo en orden, por supuesto. La señorita policía, sin embargo, pidió que subiera el vidrio de mi puerta y le contestara qué estaba tomando.

Acá viene la parte que recrearon entre risas como 7 veces una vez nos soltaron. Miré a Jordy de soslayo, y con un hilito de voz pregunté: ¿le digo?

Y sí, sí le dije. Una cerveza, mire. Y se la di.

Acto seguido, preguntó si había más gente tomando. Ésta es la única parte donde puedo defenderme un poco, porque fui valerosa, tenaz y desapegada. Me sacrifiqué por todos mis compañeros. Dije que sólo yo estaba tomando.

- ¿En serio? ¿Si reviso el coche no encuentro nada?

Y le dije que no.

Después, lo clásico: me dijo que me llevaría al MP y que mi multa sería de 900 a 1,700 pesos. Lo único que yo tenía ganas de decirle era: "en serio sí voy, pero espérese a que termine de tocar Candy".

En realidad, lo que dije fue:

(con un hilo de voz homosexual): ¿Voy a tener antecedentes?

Soy una perdedora.

Cuando por fin le dimos la consabida mordida, que era todo lo que ellos querían, el policía me regresó mi cerveza (que estaba nueva, con apenas medio trago menos) y me dijo:

- Procure darle un trago cuando no la estén viendo.

Cerdos corruptos.

Media hora más tarde, 400 pesos menos en la cartera, y una perdida absurda en mi propia colonia, llegamos a la Bolsa. Olga no salía, y de pronto yo sentí algo.

Ganas de orinar.

La verdad, no tiene caso justificarme. Me sentí un poco como Monica-Chandler-Joey cuando, en la playa, una aguamala le pica el pie a Monica y sus amigos tienen que orinarle encima. La orina es vergonzosa, pero es tan natural, aunque no en pleno Paseo de la Reforma, pero al mismo tiempo ni modo de que explotara mi vejiga y...

¡Me oriné en pleno Reforma!

-ya, lo dije, soy libre de culpas-.

No me hice en mis pantalones, sino que me metí en una especie de tunelcito y rogué por que no pasara otra patrulla. Sin embargo, estaba confiada: Murphy no se mete contigo dos veces en la misma noche.

En resumen, viví dos vergüenzas máximas antes del concierto de Candy, que a Alá gracias estuvo buenísimo y en el que, gracias al alcohol, logré olvidar que casi me llevan a la cárcel y que arrojé el líquido de mis riñones en plena avenida de gran envergadura.

En otras noticias, hoy también viví una vergüenzota del tamaño de mis pecados (citen esta frase cada que puedan).

Para variar, me embarqué en otro freelance al que de plano, si tuviera más decencia, menos avaricia, y más sentido de la realidad, no me hubiera metido. Pero lo hice, y hoy tenía junta en Cuajimalpa. El que será mi jefe me citó en el cruce entre Reforma y Periférico a las 7,30 am.

¿Qué sucede? Me despertó su llamada a las 7,40 am, nada más.

Soy un asco. Pero me desvelé muchísimo y mi alarma no sonó. Excusas me sobran. A pesar del contratiempo, todo salió "bien" y ahora me doy de topes contra la pared porque es algo que me da entre pereza, miedo y terror.

Necesito unas vacaciones urgemente,

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