VIH: la discriminación sí lastima

Se han cumplido más de dos décadas desde que en 1984 Francoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier identificaron el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y más de diez años desde que el perfeccionamiento de los tratamientos hizo posible cambiar las perspectivas de vida de las personas seropositivas. Sin embargo, el estigma y la discriminación de las personas que viven con el VIH continúa.

Ayer, Día Mundial de la Lucha contra el Sida, Dori Martínez, presidenta del Comité Cidadán Galego Antisida, denunciaba desde la carpa informativa instalada en Santiago que el VIH sigue siendo motivo de discriminación en el acceso a servicios, como la contratación de seguros médicos o de créditos bancarios. Aunque "son os menos", puntualiza, la diferencia de trato también se mantiene entre el personal sanitario, "producindo efectos moi negativos no estado anímico das persoas". Del mismo modo, señala, el acceso a un trasplante de órgano sólido sigue vetado a las personas que viven con VIH en varios sistemas autonómicos de salud. No es el caso de Galicia, donde, aplaude la presidenta del Comité Cidadán Galego Antisida, también se han dado importantes pasos en el reconocimiento de la lipodistrofia como efecto secundario de la infección y la extensión de la cirugía reparadora de estos signos externos como un servicio más de la sanidad pública.

Desde otra de las carpas que ayer facilitaron información a la población, la de la plaza de Armas de Ferrol, Carlos Varela, presidente del Comité Antisida Lazos y seropositivo, hacía hincapié en el diagnóstico tardío de la infección. "O 35% das persoas infectadas na nosa comunidade -advirtió- son diagnosticadas tardíamente, moitos xa na fase avanzada da sida". El presidente de Lazos insistió "na necesidade de sensibilizar á poboación ante unha situación de risco, a xente debe concienciarse sobre o uso do preservativo xa que nas prácticas sexuais de risco aparecen agora a maioría das infeccións".

El PSdeG-PSOE hizo público un manifiesto en el que alerta del peligroso papel que el estigma social está desempeñando como obstáculo para la detección precoz y el tratamiento.