¿Qué pasa en la Rehabilitación para los adictos al sexo?

Podríamos hacer tantos chistes sobre el asunto que ni parece justo: ¿Qué esperas, una retirada gradual? ¿Terapia de electrochoque cada vez que ves pornografía? ¿Admitir que no te puedes quedar vestido ni en el súper? O bien te encierren en una sala con gente sexy y pues, a probar si estás curado o no.

La verdad es que es bastante parecido a cualquier otro programa de rehabilitación. Hay muchas charlas en grupo, y sesiones con terapeutas. La charla suele centrarse en lo malo que eran tus padres, y como que a fondo es culpa suya que tienes que acostarte con todo el mundo. A veces se recetan medicamentos típicamente antidepresivos como parte del tratamiento, para que aguantas el bajón mejor, y para equilibrarte.

No siempre son eficaces los medicamentos, así como hay la distinta posibilidad que no solo bloquean la tristeza, sino toda emoción. No resulta una sensación cómoda a todos, pues los medicamentos sirven para salir del paso, pero no son una solución a largo plazo.

Una parte de la terapia es buscar comportamientos que pueden remplazar al sexo en la vida del paciente. La gran mayoría de adictos saben que no es suficiente eliminar el comportamiento adictivo, sino remplazarlo con otra actividad. Está bien cuando hablamos de cambiar el tábaco por el chicle, pero es más difícil cuando hablamos de reemplazar el sexo.

Cualquiera mujer te diría que el chocolate es una buena elección, porque uno de los químicos en chocolate, feniletilamina, es el mismo que suelta el cerebro cuando estás enamorado o tienes un orgasmo. Pero eso no es siempre muy practico ¿No sería un poco extraño estar en un bar intentando ligar y luego escaparte a casa a zampar 10 chocolatinas? Quizá las monjas tenían la idea: rezar, y darte una ducha fría. Puede que no sea la opción más apetecible, pero es lo que hay.

La adición el sexo es supuestamente como cualquier otro tipo de comportamiento adictivo: un mecanismo de defensa contra la baja autoestima o el estrés de un mundo confuso. Como los ludópatas, adictos a las compras o a las drogas, el adicto al sexo va cazando el colocón temporal que ocurre cuando un orgasmo inunde el cerebro con neurotransmisores que elevan el ánimo. También están enganchados al riesgo, cuando busquen sexo fuera de sus relaciones. La adrenalina también es adictiva, y el miedo de estar descubierto es parte de la atracción.

La parte más difícil de cualquier tipo de tratamiento de doce pasos es tomar responsabilidad por tus hechos. A nadie le gusta mirarle a los que ha lastimado y admitir a sus errores, y aceptar la responsabilidad. Es por eso que muchos dejan a la rehabilitación. Es un proceso demasiado humillante, y es mucho más fácil negar a tus problemas.

La ceremonia de graduación suele ser unos 14 a 30 días después de entrar en el programa, y unos 30 por ciento sufren una recaída. Por supuesto la masturbación no cuenta como recaída, sino, todos sufrieron una recaída. La recaída cuenta como cualquier cosa que viola las reglas en la relación del adicto, o cualquiera cosa que se hace por motivos egoístas en vez de motivado por deseo. Desde luego que el deseo es una de las motivaciones más egoístas que hay no parece tener solución.