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viernes, 13 de agosto de 2010

El sexo en la noche de bodas

Las relaciones sexuales son moneda corriente en estos tiempos. Todos ventilan a los cuatro vientos sus experiencias y ya no es un misterio para los más pequeños de donde vienen los niños. 

Sin embargo y a pesar de que la sociedad ha evolucionado bastante con respecto a esta temática, cada vez son más las personas que deciden esperar hasta su noche de bodas para entregarse completamente.

En ese sentido, la noche de bodas resulta uno de los momentos más importantes para la vida de quienes prefieren no tener sexo hasta elegir ante Dios a esa persona tan importante a la que esperaron, tal vez, durante años y años.

La primera vez no es fácil para nadie, pero a medida que pasa el tiempo y que la adolescencia queda atrás, se hace cada vez más complicado. Y es por eso que muchos hombres y mujeres mantienen la convicción que el hacerlo con la persona indicada hará que el trauma sea menor y que el placer se intensifique.

Es por este motivo, que muchos esperan hasta el casamiento para disfrutar de su sexualidad y en ese sentido, el momento de la boda cobra una significación diferente, ya que implica abandonar una etapa de virginidad para pasar a explorar el cuerpo de otro y el de uno mismo.

Más allá de las decisiones personales, el sexo durante la noche de bodas debe ser un momento especial para poder comenzar a transitar junto a la pareja por un camino completamente diferente.  Pero, ¿qué pasa cuando no se cumplen con todas las expectativas?

Ya sea por el cansancio tras la fiesta, por la ansiedad del momento o simplemente por la falta de ganas, ese instante se puede transformar de un segundo para el otro en una experiencia completamente olvidable.

Los novios que eligen esperar hasta después del matrimonio para consumar el acto sexual, se pueden encontrar con algunas sorpresas que no habían planeado hasta entonces. Pero a no desanimarse, porque nada es definitivo y en general las primeras veces no son las mejores. Todo lleva su tiempo y el conocer al otro casi tan importante como aprender a conocer el propio cuerpo y las diferentes maneras de recibir placer.

Por eso no hay que estar tan atento del sexo después de la boda y hay que aprender a darse el tiempo necesario para asimilar las nuevas sensaciones. Esa noche, será en definitiva la noche de bodas, pero no la última al lado de esa persona tan especial. Lo que vale, es que siempre hay una segunda para dar revancha.

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