¿Qué es la adicción al sexo?

La adicción al sexo se describe como un desorden progresivo caracterizado por pensamientos y actos sexuales realizados de manera compulsiva.

 Como cualquier adicción, el impacto negativo que tiene tanto en el adicto como en su familia se incrementa conforme el desorden evoluciona. Con el transcurrir del tiempo, el adicto usualmente debe intensificar su comportamiento adictivo para obtener el mismo grado de satisfacción.

Para algunos adictos al sexo, este comportamiento no pasa de la masturbación compulsiva o el uso extensivo de pornografía o servicios sexuales telefónicos o por internet. Para otros, la adicción puede involucrar actividades ilegales como exhibicionismo, voyeurismo, llamadas obscenas, pedofilia, pederastia o violación.

Los adictos al sexo no necesariamente se convierten en delincuentes sexuales. Es más, no todos los delincuentes sexuales son adictos al sexo. Cerca del 55% de delincuentes sexuales pueden ser considerados adictos sexuales y un 71% de pedófilos y pederastas son adictos. Para algunos, sus problemas son tan severos que la prisión es la única manera de asegurarse que la sociedad esté segura contra ellos.

Los adictos al sexo no actúan por gratificación sexual, sino más bien por una distorsionada necesidad de poder, dominio, control o venganza, e incluso una retorcida expresión de ira. Un adicto sexual continuará con su comportamiento sexual compulsivo aunque enfrente potenciales riesgos a su salud, problemas financieros, relaciones rotas e incluso arresto.

El mismo comportamiento compulsivo que caracteriza otras adicciones también es típico de la adicción sexual. Pero estas otras adicciones, incluyendo drogas, alcohol y dependencia a los juegos de azar, involucran sustancias o actividades que no están involucradas necesariamente en nuestra supervivencia. Por ejemplo, podemos vivir de manera normal y felices sin jugar al tragamonedas, ingerir cocaína o tomar alcohol.

Pero la actividad sexual es diferente. Como el comer, el tener sexo es fundamental para la sobrevivencia humana. Aunque algunas personas son célibes por elección y otras por fuerza mayor, los seres humanos saludables tienen fuerte deseos sexuales. De hecho, un bajo interés en el sexo (o la falta total de este) es indicativo de un problema médico o psíquico.

Si te sientes identificado con alguno de los problemas descritos aquí, y tu comportamiento sexual acarrea problemas que afectan varios ámbitos de tu vida y en las relaciones con quienes te rodean, acude a un psicólogo. Él sabrá cómo ayudarte mediante un examen personalizado para encontrar la mejor solución a tu problema.