¿Te atreves con una cita a ciegas?

Encontrar pareja no siempre es tan fácil, y hay quien ya está cansado de ligoteos en discotecas que no llevan a nada o rollos de una noche que no prometen continuidad. 

Los hay que, llegados a un momento clave en sus vidas, necesitan estabilidad y compromiso. Para los solteros y solteras de este mundo se inventaron lo que llamamos una ‘cita a ciegas’. Esto es, quedar con alguien que no conocemos y del que sólo sabemos unas pocas referencias.

Los cauces para llegar a esta situación son varios: desde las agencias matrimoniales hasta los contactos que se establecen vía Internet. Sin olvidar el modo tradicional, evidentemente. Ese en el que un amigo o amiga te habla de aquella otra persona también soltera que (según sus criterios) puede encajar contigo.

Los riesgos de una cita a ciegas son muchos y debes contar con ellos. Puedes encontrarte con alguien con el que no congenias, que no te parece atractivo o, simplemente, con una relación que no fluye.

Esto de las citas es como en todo, se trata de una cuestión de probabilidad… puedes acertar o puedes marcharte a casa  decepcionado. La cosa está en intentarlo. Nuestro consejo es que te alejes de los lugares comprometidos, como los bares y discotecas, para no confundir a nadie.

El cine tampoco es la mejor opción si de lo que se trata es de conocerse por primera vez. Tampoco valen las escapadas de fin de semana… imagina que tu partenaire es inaguantable ¿cómo te escapas? Una cafetería, un local de copas al uso o un simple paseo pueden ser mucho más efectivos.

Para los más tímidos, siempre se puede recurrir a la cita doble. Puede ser una pareja que tengáis en común o amigos tuyos. De esta forma siempre te sentirás arropado y mucho menos incómodo. Antes de acudir a la cita, recuerda que no estás quedando con tu futuro marido o mujer… sólo con una persona que, quizás (y sólo quizás) puede ser tu media naranja. Si no es así, siempre te habrás brindado la oportunidad de conocer a alguien nuevo.

Si aun después de varias citas a ciegas no consigues conocer a alguien que te merezca la pena, deja de forzar la situación y date un respiro. En ocasiones poner demasiado empeño es contraproducente y las ganas de enamorarse, malas consejeras. Tu pareja ideal llegará cuando menos te lo esperes, aunque no por ello hemos de quedarnos con los brazos cruzados.