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viernes, 10 de diciembre de 2010

Zonas erógenas del hombre

La sexualidad masculina ha sido considerada en la cultura occidental, como algo íntimamente relacionado con  la virilidad y  la capacidad de procrear . Sin embargo estas ideas comienzan a cambiar...

Todavía existen personas que creen en el mito de que el placer masculino está vinculado exclusivamente a  los genitales y  a la penetración olvidando el placer que resulta de la estimulación de otras partes del cuerpo altamente sensibles y que podrían ayudar a los hombres a disfrutar de una mejor vida sexual.

{mosgoogle}Los varones --tanto como las mujeres-- necesitamos y disfrutamos del juego erótico, ya que mediante este podemos conseguir la estimulación necesaria para tener una erección firme y preparar no sólo al pene, sino también al cuerpo y la mente para el coito.

Es por ello que debemos darle especial importancia al reconocimiento, exploración y estimulación (solos o en pareja) de nuestras ZONAS ERÓGENAS; lo cual nos ayudara a gozar de manera más completa de nuestra sexualidad y del placer que nuestro cuerpo puede ofrecernos.

¿Qué es una zona erógena? Se dice que el órgano sexual más grande que tenemos los seres humanos es la piel porque ciertas partes de nuestra epidermis son altamente sensibles a la estimulación y capaces de producir muchísimo placer . Es a estas áreas a las que se denomina  zonas erógenas. Las zonas erógenas son  tan sensibles debido a que en ellas  existe una red de terminaciones nerviosas  que reaccionan ante el estímulo, sobre todo táctil.

¿Cómo descubrirlas y estimularlas? Debido a la gran diversidad que existe entre los individuos, la exploración y descubrimiento de las zonas erógenas varia de persona a persona; sin embargo es, además de recomendable, riquísimo y delicioso explorar el territorio de cada amante hasta encontrar cada uno de sus puntos más sensibles y explotarlos no sólo en cada encuentro sexual, sino que incorporarlos a la dinámica de pareja. La exploración de las zonas erógenas se pueden realizar tanto solos como en pareja, y podemos hacerlo portando con ropa o sin ella.

Por lo regular el sentido del tacto es el más empleado para dar estimulación a las zonas erógenas; pero cabe recordar que  nos podemos auxiliar de los demás sentidos y también, por qué no, de objetos que nos sirvan como juguetes sexuales; recordemos que si nuestra imaginación no tiene límites, nuestra sexualidad tampoco.

A manera de ejemplo podemos decir que algo muy excitante es estimular las zonas erógenas con la boca, lengua, dientes, aliento y labios; además de frotarlas o darles pequeños golpecitos (donde se pueda).

¿Cuáles son las más comunes? Las zonas más sensibles en la mayoría de los hombres se encuentran básicamente en tres áreas: rostro, tórax y genitales, aunque no deben descartarse tanto las palmas de las manos como las de los pies.

Los labios y la boca son una zona altamente sensible. La mejor estimulación no sólo de los labios sino de la boca es el beso; que por lo regular es la primera expresión de deseo. La boca es la principal zona erógena que se explora al comenzar a conocer e intimar con una persona. Otra de las ventajas de este lugar sensible es su movilidad, porque puede, ya sea al mismo tiempo o no, brindar y recibir placer y estimulación.

El rostro es otra zona donde los varones disfrutamos de los roces y estimulación. La exploración del rostro resulta extremadamente excitante, sobre todo si la estimulación se centra en cuello, orejas y párpados.

La espalda y los hombros son otras dos áreas altamente sensibles que reaccionan a todo tipo de estímulos: cosquillas, masajes, leves rasguños, suaves golpes, fricciones, etcétera. El pecho y pezones masculinos son puntos erógenos altamente sensibles,  capaces de producir un placer intenso al ser succionados, frotados, acariciados o pellizcados .

Por otra parte, casi todas las personas sienten placer cuando sus nalgas son acariciadas . Esta es una región a la que los varones no le damos gran importancia puesto que solemos relacionarla --equivocadamente-- con pasividad y feminización por eso resulta preciso que dejemos de lado los estigmas para que disfrutemos toda la capacidad de sentir placer que tiene nuestro cuerpo.

El ano es otra de las regiones que muchos hombres consideramos intocables , ya que la asociamos con la homosexualidad pasiva. En el ano existe una infinidad de terminaciones nerviosas, inclusive algunas personas lo consideran como la parte más sensible del cuerpo humano. Y es por esa zona, por donde se puede estimular el famoso y mal llamado punto G masculino, que en realidad se llama punto E.

Este punto suele estar ubicado hacia la parte media del recto, en donde la pared rectal se encuentra en contacto con la próstata y puede ser estimulado usando los dedos o a través de la penetración. Claro que para ello es preciso estimular previamente el ano de modo que se produzca la relajación del esfínter y la introducción ( del dedo, el pene u otro objeto) no resulte dolorosa. Usar algún tipo de lubricante resulta muy recomendable.

La parte de nuestro cuerpo que la mayoría de hombres consideramos más importante para el placer es la zona genital, ya que ésta suele responder rápidamente al más ligero roce , incluso hasta a las fantasías que a veces crea nuestra imaginación. En ella encontramos varias zonas erógenas  que debemos explorar con calma, curiosidad y delicadeza.

El perineo es la parte situada entre el ano y los testículos y resulta ser extremadamente sensible a las caricias (sobre todo de las uñas), una adecuada caricia en esa zona provoca una excelente erección y un mejor orgasmo.

Los testículos son extremadamente sensibles al tacto , la desventaja es que debido a esta sensibilidad el placer puede transformarse fácilmente en dolor, por lo que debemos acariciarlos, chuparlos o lo que se nos ocurra en ese momento con delicadeza . El pene es donde el placer puede concentrarse con mayor intensidad. Toda la extensión del pene es muy sensible; pero la región que tiene mayor cantidad de terminaciones nerviosas y por tanto resulta ser la más sensible es el glande, en especial la corona, el frenillo y el orificio de salida.

Empecemos pues a romper con las represiones que limitan nuestra capacidad de dar y recibir placer. En una relación sexual entre dos hombres todo debería ser más fácil e intenso, ya que los dos conocemos muy bien el cuerpo del otro. Exploremos el cuerpo de nuestra pareja, dejémoslo explorar el nuestro y así mejoraremos sustancialmente el placer de estar juntos.

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