El beso entre Rihanna y Britney Spears levanta pasiones

¿Qué hay de especial en el hecho de que dos mujeres se besen? Normalmente, no mucho. Eso sí, si para la ocasión lo aderezas todo con un espectáculo musical a manos de dos divas de la canción, si las vistes de dominatrix y pones al servicio del morbo la imaginería sado-masoquista, estamos seguros de que tendrás a tus pies a gran parte del público, tanto femenino como masculino. 

Esta vez no hablamos del célebre trío que se montaron sobre el escenario Madonna, Britney Spears y Christina Aguilera, y tampoco de la teta descubierta de Janet Jackson… nos estamos refiriendo a lo acontecido en la gala de los Billboards Awards 2011.

Rihanna y Britney Spears se presentaron ante sus fans ataviadas con botas altas de cuero, medias de rejilla, cadenas y apretando barriga en un body que dejaba poco a la imaginación. La canción en cuestión, S&M, tampoco era lo más relevante.

Ambas jugaron con sus esposas e incluso se atrevieron con la barra de striptease, alrededor de la cual contonearon sus cuerpos al son de la música mientras el público gritaba extasiado. Como vemos, una puesta en escena subidita de tono en horario infantil y en una cadena juvenil como la MTV que, sin embargo, no tuvo reparos en censurar explícitamente un casto beso en los labios que Rihanna le espetó a Brit al final del número y que no tenía nada que ver con el mismo.

¿Por qué una cadena de televisión prefiere censurar un sencillo beso y deja que se despliegue todo un espectáculo sadomaso? En este punto suponemos que debemos apelar a la doble moral norteamericana, por la cual todo se puede mostrar siempre que sea ficción. Janet Jackson puede bailar con Justin Timberlake con movimientos sugerentes siempre que forme parte de una coreografía, pero se monta la marimorena por el hecho de enseñar un pecho.

 En esta ocasión, lo mismo ha ocurrido con las dos divas del pop. No importa que se aten con cadenas ni que se enfunden un body, lo que de verdad preocupa es el beso de la discordia, un gesto más bien cariñoso entre ellas antes que un alarde sexual que pueda ofender a nadie.

Lo cierto es que esta vez no se ha armado el revuelo mediático de ocasiones anteriores, puede ser porque el beso en cuestión del que todo el mundo habla solo lo pudieron ver los que estuvieron presentes en la gala en cuestión. No obstante, el hecho de que se haya producido la censura da buena cuenta de algunos de los tabús sexuales que aún nos quedan por derribar.