De la misma manera, la felación venía incluida en las antiguas Grecia y Roma. Por supuesto, también dio cuenta de ello el inefable Kamasutra. Pero el sexo oral no siempre disfrutó de tan buena reputación como por estas épocas.
De acuerdo a la información publicada en 24con.elargentino.com, hasta hoy en día, muchas religiones lo condenan como una práctica antinatural e inmoral.
Sin embargo, podemos afirmar que la gente lo seguía (y sigue) practicando aunque existía la posibilidad de sufrir consecuencias legales. De hecho, actualmente es ilegal en algunos lugares del mundo, e incluso, fue ilegal hasta 2003 en algunos estados de los EEUU.
Los motivos por los cuales existían estos tabúes son varios: en parte porque el acto no estaba directamente relacionado con la reproducción o chocaba con la doctrina heteronormativa de la iglesia, o también porque los órganos sexuales eran vistos como vergonzosos y sucios.
Más de un académico planteó que el alza de esta actividad puede estar relacionada con nuestra higiene, que por supuesto evolucionó mucho desde el siglo XIII. Tabús que condenaron a la homosexualidad ayudaron también a convertir esta humilde manera de hacer la vida más dulce para todos, sean homosexuales o heterosexuales, en una práctica muy polémica.
Este tabú sigue vigente especialmente en zonas de África y del mundo islámico. Limpio y legal o condenado y sucio, archivos históricos indican que siempre se practicó. Es decir; si una actividad está proscrita por ley, es probable que haya mucha gente que lo haga y, por supuesto, se encuentran muchos casos de gente condenada con castigos penales o incluso la muerte por haberlo hecho.
En el siglo XX, la revolución sexual empezó a cambiar actitudes hacia el sexo oral. Bañarse todos los días se hizo común y aparecieron películas como “Deepthroat” y canciones como “Flower”, de Liz Phair, o el inolvidable escándalo de Mónica Lewinsky, que llevaron al sexo oral a la consciencia común.
Fuente: informe21.com
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