Virginia Helena Soares de Souza reclutó a un grupo de doctores para administrar a los enfermos dosis letales de anestésicos, sedantes y analgésicos, según las autoridades.
Además, el grupo habría alterado los niveles de oxígeno de los pacientes, lo que habría provocado muertes por asfixia, dijo la policía.
Otros siete profesionales de la salud han sido procesados por el caso.
La fiscalía sostiene que de Souza acabó con las vidas de los enfermos contra sus propios deseos y de sus familiares, violando la ley. En Brasil, la eutanasia es considerada un crimen.
De acuerdo con las autoridades, lo hizo para desocupar camas en la Unidad de Cuidados Intensivos y despejar la "congestión" que estaban causando esos pacientes.
De Souza fue arrestada en febrero, pero puesta en libertad posteriormente hasta el comienzo del juicio. La comparecencia de este miércoles es parte de los requisitos para evitar volver a prisión.
Los investigadores dicen que, entre 2006 y 2013, de Souza ordenó a personal médico bajo su supervisión que alteraran la medicación y los niveles de oxígeno en pacientes de la unidad de cuidados intensivos.
En una entrevista con la afiliada de CNN TV Globo, Mario Lobato, el médico nombrado por el Ministerio de Salud para investigar el caso, dijo que el número de muertes podría ser mucho mayor.
Dijo que su equipo analiza los expedientes de más de 1.700 enfermos y está entrevistado a más doctores.
De Souza se ha declarado inocente. Su abogado, Elias Mattar Assad, dijo que demostrará que las órdenes que dio en la Unidad de Cuidados Intensivos están justificadas por la literatura médica. Agregó que algunos de los pacientes estaban despiertos y conscientes momentos antes de administrársele las medicinas.
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