¿Sabías que la boca es el segundo órgano más utilizado en las relaciones sexuales? Y es que la lengua puede dar mucho juego si nos lo proponemos, provocando sensaciones de lo más extremas si aprendemos a usarla de la manera más adecuada y placentera.
En este sentido, algunos recurren al piercing como un potenciador de placer. Para muchos, el pendiente genital aporta sensaciones totalmente nuevas y ofrece un plus de extravagancia en nuestras relaciones sexuales. El piercing puede colocarse en multitud de sitios, pero hoy nos referiremos a uno de los más arriesgados: el clítoris. Muchas mujeres afirman sentir más y mejor perforándose esta parte tan delicada de la anatomía femenina. Pero ¿qué conlleva dicha perforación?
Existen varias formas de ornamentar los genitales femeninos y una de ellas es perforar los labios mayores o los menores. En estos casos, se suele colocar aros por pares, uno en cada lado. Entre las virguerías más relacamadas encontramos los piercings que se colocan en el labio inferior, donde las curas suelen ser mucho más fáciles. En cuanto al clítoris, puedes elegir cómo quieres colocarte el pendiente. Éste puede atraversarlo totalmente o de manera parcial, perforando la piel que cubre la parte superior del mismo, de manera horizontal o vertical, a gusto de la consumidora.
En el caso en que perfores la piel del clítoris, el tiempo de cicatrizado suele ser corto, y los expertos aseguran que el piercing es fuente de placer durante las relaciones sexuales. Cuando la perforación del clítoris es total debes tener en cuenta de que la herida tardará bastante en cicatrizar antes de que puedas empezar a disfrutar de tu pendiente.
Decorar el cuerpo, y en concreto las partes pudientes, es una moda solo apta para los más osados. Hay especialistas ginecológicos que desaconsejan tales perforaciones, por ser muy sensibles al desarrollo de infecciones y bacterias en el caso en que se practique sexo antes de que las heridas hayan cicatrizado del todo… proceso que puede tardar bastante tiempo. En el otro extremo nos topamos de frente con el asunto del placer sexual. Un cuerpo con piercings puede ser muy sugestivo a la hora de excitarnos, pero hay quien afirma que los piercings no provocan placer por ellos mismos.
Según algunos ginecólogos, las terminaciones sensoriales del clítoris podrían verse afectadas por la perforación. Por otra parte, ten muy claro que si decides seguir adelante, es muy importante que acudas a un local homologado e higiénico, donde el material esté en perfectas condiciones. En la etapa de la cura y mucho tiempo después, debes mantener una higiene estricta con tal de evitar infecciones. Cuidado también con los enganchones o los tirones inesperados, que pueden causar mucho dolor.
Cada uno puede hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, pero antes de lanzarte a la perforación sin contemplaciones es mejor que estés bien informada y muy segura de lo que haces. Solo tienes un clítoris, y hay que cuidarlo
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