El ciudadano francés Cristian Neue, de 60 años de edad, un enfermo de cáncer en las etapas finales, que estaba siendo trasladado a un hospital de la ciudad de Lance para someterse a los análisis regulares, tuvo que reaccionar de inmediato para poder salvar la vida del chófer debido a que el paramédico no viajaba con ellos en la ambulancia.
Le puso una inyección de anticoagulante, un medicamento que previene la formación de coágulos de sangre, y se puso al volante para llevar al hombre al hospital.
"No pude encontrar dónde encender la sirena, pero pude activar los intermitentes y le dije a él [al chófer] que sacara la mano por la ventana para alertar a los otros coches, para que nos dejaran pasar", contó Neue a los periodistas.
El incidente tuvo lugar el 11 de abril, pero la prensa francesa informó al respecto de lo sucedido sólo ahora. Según los médicos, si Cristian Neue no le hubiera prestado ayuda al chófer, es muy poco probable que se hubiera podido salvar su vida.
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